LA COMUNA, RETO INELUDIBLE.
LA COMUNA, RETO INELUDIBLE.
RICARDO MOLINA PEÑALOZA
19.12.18
El Comandante Hugo Chávez nos
dejó una orden: Comuna o nada. El Presidente Nicolás Maduro asumió el
compromiso e impulsa su avance como política de Estado. Ya estamos llegando a
las 3.000 comunas, integradas por cerca de 40.000 consejos comunales.
Logro con esfuerzos
organizacionales inmensos, desde el Ministerio del Poder Popular para las
Comunas y Movimientos Sociales como órgano rector en la materia, pero lo más
importante, la decisión de poco más de 20 millones de patriotas que decidieron
optar por la vía señalada por el Comandante Chávez, y que tienen disposición a
desarrollar en el territorio comunal el Plan de la Patria como guía
programática del próximo sexenio constitucional.
Ahora… ¿Qué falta?
A continuación resumiremos los
temas más resaltantes que han surgido en debates en asambleas populares, en el
ámbito de la Asamblea Nacional Constituyente, entre comuneras y comuneros, y
entre docentes y estudiantes de los diversos diplomados que se imparten en la
Escuela Venezolana de Planificación.
La tríada para hacer irreversible
el avance hacia el socialismo bolivariano, como dijo Chávez, debe estar
integrada por un gobierno revolucionario, pueblo organizado y un partido
revolucionario. Hoy en Venezuela existen los tres elementos, pero aún no
vinculados perfectamente para hacer inexpugnable esa tríada.
El Gobierno Revolucionario, con
la claridad de su líder Nicolás Maduro, perfila las orientaciones estratégicas
e impulsa la realización del Plan de la Patria Comunal, para llevar al
territorio de lo cotidiano la guía programática. Pero vemos cómo aguas abajo,
en la estructura burocrática se terquea para impedir la consolidación de la
nueva arquitectura social y territorial, se le dificulta a la comuna su
desarrollo mediante aplicación de reglas, normas, decisiones funcionariales o
condiciones que llegan a frustrar el entusiasmo comunal en algunos casos. Eso
hay que resolverlo, entre todos, con firmeza, obligarnos a desarrollar el Plan
de la Patria en todas sus instancias y que en todos los niveles de gobierno se
asuma la construcción de la comuna como columna vertebral de nuestro país.
El pueblo organizado, el de los
mayores esfuerzos, el de los mayores riesgos, el más exigido, también tiene
problemas por resolver, desde el día a día que exige rebuscar maneras de seguir
resistiendo ante los embates de la guerra económica y la guerra hamponil,
pasando por la lucha permanente por vencer la burocracia y la microcorrupción
que cercena el acceso a créditos, a insumos a precios justos, al derecho a
comercializar de manera rápida y eficiente lo producido, hasta la visión
paternalista de algunos, para imbricarse en instancias pedigüeñas que no
entienden la responsabilidad enorme de construir un aparato nacional que
garantice la satisfacción de necesidades de nuestra población.
El Partido, poderoso instrumento
revolucionario, está llamado a difundir e instaurar el ideario bolivariano y
chavista con visión comunal, hasta ahora, el reconocimiento de la comuna como
la célula de la nueva estructura sociopolítica nacional es incipiente.
Recientemente, gracias a las orientaciones del Presidente Maduro, se comenzó
con la territorialización de las estructuras, mediante la construcción de la
Red de Articulación y Acción Sociopolítica, pero aún se ve a sí misma alejada
de la comuna, hay que seguir esforzándose para que el Partido asuma la comuna
con fuerza. Pero además, el Partido está llamado a acompañar los procesos
comunales. La formación permanente de las comuneras y comuneros, la
planificación, la ejecución de proyectos, la vinculación con las diversas
instancias de gobierno, el apego a los valores socialistas en todo el quehacer
comunal, son algunas de las tareas pendientes.
No obstante, los avances
sociopolíticos han sido extraordinarios, si consideramos que de los 20 años de
Revolución, es en los últimos 8 que se ha logrado llegar hasta lo que tenemos
hoy.
Ahora, en lo económico nos falta
mucho por recorrer. El Comandante Chávez dijo: la comuna tiene apellido, y es
“productiva”. La Comuna Productiva aún está en pañales, pese a que hay
capacidades, disposición de las comuneras y comuneros, disponibilidad de
algunos medios de producción, algún apoyo financiero. ¿A qué podemos endilgar
que teniendo la voluntad política de nuestro Jefe de Estado, la disposición de
comuneros y comuneras, así como recursos nada despreciables, no haya ocurrido
el despegue económico comunal?
Son varios los factores, pero
principalmente es la desconfianza en la estructura comunal por parte de quienes
ostentan poder de decisión en diferentes instancias de gobierno. Aún hay
quienes prefieren destinar los recursos públicos destinados a inversión o
adquisición de bienes y servicios a compañías anónimas, empresas privadas que
si bien cumplen con lo exigido, por lo general lo hacen a costos muy altos para
el Estado, explotando seres humanos que entregan su energía productiva para
enriquecer a pocos, y que no tienen ningún compromiso social, ni arraigo
territorial, y no pocas veces ningún interés por fortalecer la correcta
ejecución de nuestro Plan de la Patria, ni la construcción del socialismo.
No decimos que hay que desechar
la empresa privada, pero sí insistimos en que hay que abrir nuevos espacios.
Tiene que comenzar a aparecer en la visión macroeconómica la economía comunal;
tienen que imponerse metas de aporte al Producto Interno Bruto nacional; hay
que destinar de manera obligatoria recursos de la cartera crediticia de la
banca pública y privada a Empresas de Producción Social y a Empresas de
Producción Familiar; fomentar la conformación de conglomerados productivos
comunales; impulsar la industrialización de la producción comunal; permitir y
facilitar a las comunas la comercialización internacional y acceder a divisas
no estatales como fuente primaria de recursos financieros, y diferenciarse del
sector privado, que lejos de productivo, siempre fue sanguijuela en el torrente
financiero que hoy es del pueblo gracias a la Revolución Bolivariana.
El desarrollo del sistema
económico financiero comunal depende en menor grado de comuneras y comuneros,
principalmente depende de decisiones políticas, muchas de las cuales se han
tomado, pero no implementado, que obliguen a reorientar parte importante del
flujo de recursos dirigido hasta ahora al sector privado para impulsar el
apellido “productivo” en la naciente comuna nuestra.
Debate profundo, lleno de
contradicciones, pero que hay que darlo para seguir erigiendo el sueño de
Chávez, que es el sueño de todo un Pueblo.
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