La única opción es ser la paz. Javier Nouel
La
única opción es ser la paz
Dr. Javier Nouel
Docente investigador FEVP
El verdadero triunfo de quienes pretenden dominarnos es que seamos como ellos. En un escenario de amenazas de intervención militar, la única opción que tenemos los venezolanos y venezolanas, sin importar en que rango del espectro político nos encontremos, es mantener la paz. Quien no entienda eso, sea del bando que sea, peca de una ingenuidad temeraria y un analfabetismo político peligroso.
La
historia reciente nos enseña que en definitiva la máxima “divide y vencerás”
sigue siendo un corolario vigente de las principales potencias ávidas de
recursos como petróleo, agua, coltán, entre otros. Es así que según el
investigador francés fundador de la Red Voltaire Thierry
Meyssan, lo que está en ciernes es un
plan cuyo fin es el de desestructurar violentamente los estados de la Cuenca
del Caribe para apoderarse de sus
recursos (ver artículo aquí).
Cualquier
venezolano y latinoamericano debe preguntarse: ¿a quién conviene una guerra
civil o una invasión militar? Recordemos casos dramáticos como la extinta
Yugoslavia, o más recientemente Libia o Ruanda. Está claro que la exacerbación
de las diferencias internas genera una “pelea de perros”, que benefician a las
principales potencias, a un terrible costo humano y ambiental. Si llegáramos a
ese escenario en Venezuela, todos los venezolanos, absolutamente todos, nos
veríamos terriblemente afectados por décadas. Afortunadamente, los venezolanos
y venezolanas no tenemos grandes divergencias étnicas como en los países antes
nombrados, ya que cuenta con un mestizaje poco común en el planeta, aunque a
veces no nos demos cuenta de ese gran valor. No permitamos entonces que nos
usen para dañar esa unidad exacerbando nuestras diferencias.
Lamentablemente,
se ha venido tejiendo un entramado jurídico, diplomático, mediático, económico,
en fin multifacético, que llega a nuestros días de forma dramática y que
comenzó con determinación desde que en el 2015 Obama calificara a Venezuela
como una amenaza inusual para la seguridad del gigante del Norte. Todos los
pasos que ha dado el gobierno norteamericano apuntan a que con la supuesta
“ayuda humanitaria” en realidad están instalando la logística necesaria para un
escenario de guerra. De hecho, sin necesidad de leer entre líneas, varios
representantes del gobierno de los Estados Unidos, incluyendo al presidente
Trump, han amenazado directamente al país con una intervención militar durante
los últimos meses, y el bloqueo financiero ya se hace de forma abierta.
Actualmente
tenemos unas características geopolíticas muy distinta a los tiempos de Chávez,
Lula, Kirchner, Morales y Correa. Por otra parte, el escenario es también muy
diferente a la época de Bolívar, en donde la guerra era cuerpo a cuerpo y las
diferencias tecnológicas con el imperio español no eran tan abrumadoramente
grandes como hoy tenemos con la principal potencia militar del planeta. Es así
que la única opción que tenemos es la paz.
Estoy
seguro que la mayoría de los ciudadanos “de a pie” que claman por una
intervención militar no tienen claro el verdadero papel incendiario que tiene
Guaidó en este peligroso juego. Por otra parte, hay que dejarles claro que la
guerra “quirúrgica” con la que fantasean, no existe, que se trata de un relato
de ciencia ficción: toda guerra tiene consecuencias dramáticas.
Hoy
Venezuela, una vez más, está en el epicentro mundial de las noticias y de una
geopolítica mundial que está al borde de la guerra. Por ello, los únicos
garantes de la paz somos nosotros mismos, los venezolanos y latinoamericanos, no
importa, repito, en que parte del espectro político nos encontremos.
Ser paz significa:
-En
el discurso político: hablar de la paz; inspirar esperanza. Debemos ser la paz, haciendo entender a todos
los venezolanos y latinoamericanos que a pesar de las diferencias, somos una
unidad en la diversidad, y que los gobiernos de los países de la OTAN liderados
por los Estados Unidos, poco les importan los daños colaterales de la guerra. A
quienes nos pretenden dominar les beneficia que nos peleemos entre nosotros
mismos.
-En
la acción política y comunicacional: ser tolerantes, firmes y didácticos con
aquellos envenenados por la intoxicación informativa y por el conflicto
económico que es difícil de comprender por las masas. Ser valientes pero
prudentes, desarrollar al máximo la capacidad de diálogo. Dar un salto adelante
con más democracia participativa y protagónica.
-En
la investigación militante: ser comprensivos ante la diferencia.
-En
la acción política en la comunidad: tender puentes de colaboración y
solidaridad; encarnar la civilidad y los afectos; ser profundamente eficientes
en la acción social y humanistas en la acción cotidiana. Consultar, incluir,
dar participación y protagonismo.
Simón
Rodríguez reflexionaba en su célebre texto “Sociedades Americanas” sobre la
grandeza de entender la Patria como parte de la humanidad, como una unidad en
el planeta; el cantautor del pueblo Alí Primera cantaba “La Patria es el
hombre” refiriéndose a la humanidad; y Bolívar tenía claro que “La libertad del
nuevo mundo, es la esperanza del universo”.
Si
los latinoamericanos no somos capaces de lograr la paz, la humanidad podría
estar entrando en una vorágine autodestructiva sin precedentes, al consolidarse
a nivel planetario un nuevo esquema de control violento de los recursos. Pero
si logramos mantener la paz, en definitiva, seremos la esperanza del universo,
y lograremos frenar las ansias de quienes pretenden dominarnos.
Todos
y cada uno de nosotros somos garantes de ser la esperanza, en los momentos más
complejos de nuestra historia, desde nuestra cotidianidad. Seamos la paz, de lo
contrario, seremos como los que nos pretenden dominar, lo que significa nuestra
derrota y la de la humanidad.
De
ese tamaño es la responsabilidad que la historia nos está dando.
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