Sucre y la defensa de los derechos humanos. José Gregorio Linares
José Gregorio Linares: Profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela, Profesor Investigador de la Escuela Venezolana de Planificación.
Antonio José de Sucre
(1795-1830) es pionero en la defensa de los derechos humanos. Y es precursor de
los derechos humanos en la circunstancia más difícil: la guerra. Cuando afloran
las emociones más perversas, se distorsiona el sentido de la justicia, se
pervierten los valores y se cometen los actos más atroces en nombre de una
causa. Cuando la propensión natural de los involucrados los lleva a justificar
los más horrendos crímenes, a ensañarse con los enemigos y aun con los seres
inocentes. Así, en medio de los horrores de la conflagración Sucre se erige en
paladín de la humanidad, guardián de la justicia y protector de la vida. Es en
palabras de Bolívar: “un copo de nieve sobre un charco de sangre”.
Tratado de Regularización de
la Guerra
En lo más duro de la
contienda, a instancias del Libertador, Sucre promueve el Tratado de Regularización
de la Guerra firmado en Trujillo el 26 de noviembre de 1820. Allí está el
núcleo de su doctrina humanitaria y su alma
pintada en el papel. Estipula unas cláusulas que enaltecen la condición humana:
1) La guerra entre España y las fuerzas patriotas se hará como la hacen los
pueblos civilizados. 2) Todo militar tomado en el campo de batalla se guardará
como prisionero de guerra y será respetado hasta lograr su canje.3) Los heridos
no serán prisioneros de guerra y serán curados. 4) Los militares o funcionarios
que hayan desertado de sus banderas no pueden ser castigados con pena capital. 5)
El canje de prisioneros será obligatorio.6) Los habitantes de los pueblos que
alternativamente se ocuparen por las armas de ambos gobiernos serán respetados
y gozarán de absoluta libertad y seguridad.7) Los cadáveres, en los campos de
batalla, recibirán los últimos honores de la sepultura. El pacto es tan humanitario que el Libertador lo
considera “digno del alma del general Sucre… y el más bello monumento de la
piedad aplicada a la guerra”.
Ecuador,
Perú y Bolivia: “La victoria no da derechos”
El espíritu que anima a Sucre al
redactar este pacto es el que mantiene vivo como militar y el que enarbola como
gobernante, tanto como Presidente
de Bolivia, Gobernador del Perú y principal héroe de la actual República del
Ecuador.Guiado
por el ideal que lo inspira, iza la bandera en defensa de los derechos humanos
en momentos cuando como vencedor o como autoridad pudo haber recurrido al
desquite y la represalia: después de las victorias en la Batallas de Pichincha
(24 de mayo de 1822) que
dio la libertad a Ecuador, de la Batalla de Junín (16 de
agosto de 1824) que aseguró la independencia del Perú, al concluir la Batalla
de Ayacucho (9 de diciembre de1824) que selló la independencia de Suramérica; como
Presidente de Bolivia entre 1825 y 1828 ; y en 1829 después de alcanzar el
triunfo en la Batalla de Tarqui (27 de febrero de 1829) contra un ejército
anexionista opuesto al Libertador. La conducta de Sucre estuvo
siempre apegada a la defensa incondicional de los derechos humanos de todos:
partidarios y enemigos. “La victoria no da derechos”, afirma.
En efecto, el héroe cumanés triunfa en la Batalla de
Pichincha y ofrece una honrosa capitulación. Al respecto Bolívar escribiría: “Esa
batalla consumó la obra del celo de Sucre, de su sagacidad, de su
valor…aquellos pueblos veían en él su Libertador, su amigo; se mostraron más
satisfechos del Jefe que les era destinado, que de la libertad misma que
recibían de sus manos”. (Resumen sucinto de la vida del general Sucre, 1825)
Luego se da la Batalla de
Ayacucho, donde se ventila el destino de América. Al frente de las fuerzas
realistas se encuentra el virrey del Perú José
de La Serna, y comandando las republicanas está Antonio José de Sucre con
apenas 29 años de edad. Triunfan Sucre y el ejército patriota. Los oficiales y
soldados vencidos aguardan el castigo y no esperan menos que la humillación y
la pena de muerte. Sucre en cambio les ofrece un trato decoroso y respeto por
sus vidas. “Sucre nos concedió la más bella y honrosa capitulación de que se
tenga noticia en los anales de la guerra”, expresó La Serna.
Luego del triunfo de Ayacucho,
y siguiendo instrucciones de Bolívar, Sucre entra en el Alto Perú (hoy Bolivia)
el 25 de febrero de 1825. Convoca una Asamblea Popular el 9 de julio donde se firma
el "Acta de la Independencia", que lleva fecha del 6 de agosto de
1825. Nace Bolivia. Entre 1825 y 1828 será su Presidente. Luego renuncia. En su
mensaje de despedida declara: “No he hecho gemir a ningún boliviano: ninguna
viuda, ningún huérfano solloza por mi causa; he levantado del suplicio porción
de víctimas condenadas por la ley; y he señalado mi gobierno por la clemencia,
la tolerancia y la bondad. Para formar a Bolivia preferí el imperio de las
leyes a ser el tirano o el verdugo que lleva una espada pendiente sobre las
cabezas de los ciudadanos”. Propone que se gobierne “sin que el estrépito de
las bayonetas esté perennemente amenazando la vida del hombre y asechando la
libertad” (2 de agosto).
Igualmente, a comienzos de
1829 Bolívar lo designa jefe del ejército y le encarga la misión de combatir
las fuerzas invasoras peruanas comandadas por el general José de La Mar quien
pretendía desmembrar el territorio de Colombia (Venezuela, Nueva Granada y
Ecuador) y anexar la provincia de
Guayaquil al Perú. Sucre lo derrota en la Batalla de Tarqui. Le
ofrece una capitulación digna. Le escribe: “Generoso por carácter, olvido mis
agravios personales cuando media la causa pública y en lugar de venganzas y los
estragos de la guerra, ofrezco… la concordia entre los pueblos”. (28 de enero
de 1829). Así lo hizo siempre.
Sucre
contra el tirano y el verdugo
Hoy los patriotas de toda
América Latina debemos enaltecer la figura de Sucre, difundir su pensamiento y
celebrar fervorosamente los doscientos años del Tratado de Regularización de la
Guerra, núcleo de su doctrina humanitaria. La que hoy es mancillada en Bolivia,
Ecuador y otras naciones, donde las bayonetas están perennemente amenazando la vida y
asechando la libertad. Donde hoy sus proclamas
solo pueden leerse en la clandestinidad porque son un alegato contra sus gobernantes, que llevan una espada pendiente sobre las
cabezas de los ciudadanos. Donde cualquiera que cite sus textos es
calificado de sedicioso. Donde el pueblo oprimido demanda clemencia, tolerancia y bondad. Donde su nombre se ha convertido en
bandera en la lucha contra la represión y la injusticia.
Por consiguiente, los tiranos de
estos países donde tanta gente solloza
por su causa, no quieren que le recuerden a Sucre, que simboliza todo lo
contrario de lo que ellos son. Dijo lo que ellos nunca podrán afirmar: “tengo
mi conciencia libre de todo crimen”. Sienten que éste les acusa de verdugos porque
ignoran su consejo: “las armas que llevan son para proteger a la ciudadanía”.
Además, experimentan envidia porque de ellos la Historia nunca dirá lo que Bolívar
dijo de Sucre: “Como soldado fuiste la Victoria. Como magistrado, la Justicia.
Como vencedor, la Clemencia. Como ciudadano, el Patriotismo. Como amigo, la
Lealtad”.
Caracas, sábado 11 de enero
del 2020.
El tratado de regularizacion de guerra en Trujillo( 1820). Evidencia que El Gran Mariscal de Ayacucho a pesar del triunfo tiene un gran respeto por su adversario vencido que conlleva a su caracter Humanitario y la dignidad de su pensamiento que ante el triunfo no abusa del contendor en condiciones desfavorables revelando asi la Humildad como persona.
ResponderEliminarAl mismo tiempo como vencedor en la Batalla de Ayacucho y Gobernante de Bolivia trata de buscar el equilibrio entre la Sociedad del entonces y para que no existiera el rencor entre vencedor y vencido expreso el General Serna: .."Sucre nos concedio la mas bella y Honrosa Capitulacion que se tenga noticias en los anales de la Guerra.". Podemos decir que el Presidente Maduro en su llamado a la Paz de nuestros adversarios Politicos tomo este ejemplo de la Historia.
En los paises como Bolivia, Chile analizando su situacion actual no les interesa que emulemos al Mariscal de Ayacucho que hace 200 años atras le dio un ejemplo de respeto de Dechos Humanos y a traves de la Historia el Padre de la Patria en vida reconocio sus acciones y lo ubico en la mas altas esferas de las luchas independentistas de America lo cual le incentivo la envidia a Francisco de Paula Santander Presidente de Colombia Autor Intelectual del asesinato de Sucre en la montaña de Berruecos ( Pasto-Col. 04-06- 1830) 10 años des.pues